¿Que tal si frenamos un rato?

-"¿Que tal si frenamos por un rato? Volvemos a tirarnos al pasto como cuando éramos pibes, a ver el cielo, a hablar de lo que nos pasa, o tal solo de lo que vemos.
Me estalla la cabeza, y todo se genera, porque siento que siempre voy atras de las cosas. Me juega en contra el bocho, al saber que siempre va a quedar más por hacer o tal solo pensando.
¿Y cuál es el límite? ¿Hasta donde se aguanta con la cabeza quemada?
La inercia del hacer, nos está borrando la parte del festejo. Obnubilada la mente deseosa, en su mayor esplendor, en su mayor ansiedad, de querer saber siempre lo que viene, y no ver mi que está pasando. Lo que me pasa, lo que te pasa.
Y ahí es donde un lápiz y un papel, puede ser el mejor freno, un párate, un atajo hacia yo mismo.
Sonrió al recordar que en todos los recuerdos que tengo estuve presente. Deseo con ansias que yo maneje mi vida, y que ella no me maneje."

- Capaz que sí, que hace falta frenar.
Frenar sin culpa, sin pensar que dejar de correr es perder.
Porque a veces la cabeza no se quema por lo que hacemos,
sino por esa sensación de que nunca alcanzamos a agarrar el aire.

Ese “ir siempre atrás”, ese apuro por lo que viene,
es también miedo a que lo de ahora no alcance.
Pero mirá la frase que tiraste:
“En todos los recuerdos que tengo estuve presente.”
Eso es un montón, che. Es más de lo que creemos tener.

Quizás el límite no es cuando la cabeza se quema,
sino cuando dejamos de reconocernos ahí adentro,
cuando ya no sabemos si hacemos porque queremos
o porque la inercia nos empuja.

Y ahí el lápiz y el papel…
sí, ese pequeño gesto de volver al cuerpo,
a lo simple, a lo que no pide nada más que sinceridad.
Es un freno, un reencuentro, una manera de decir:
“Acá estoy, sigo siendo yo, todavía puedo elegir.”

El deseo que decís —manejar tu vida vos,
y que ella no te maneje—
no es un deseo ingenuo ni imposible.
Es un deseo cansado, pero vivo.
Y eso lo convierte en un deseo de los que transforman.

Si querés, podemos seguir tirados un rato.
Sin llegar a ningún lado.
Sin producir.
Sin correr.
Solamente mirando el cielo y volviendo,
de a poquito, al centro."


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